Relaciones Humanas en la Hora Actual

En estos días todos nosotros debiéramos pensar en las enseñanzas de Cristo sobre las relaciones entre los hombres basadas en la justicia y en el amor, en
las que en su doctrina de caridad condena el egoísmo y, proclama la fraternidad y la solidaridad: “Amarás al prójimo como a ti mismo”; “haced el bien sin esperar remuneración; “quien tenga dos túnicas, parta con el que no tiene, y el que tiene alimento que haga lo mismo”; el que posee bienes en este mundo, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra sus entrañas, ¿Cómo permanece en el amor a Dios?”.
No amemos de palabra y con la lengua, sino con obra y verdad. Ante todo en la oración del ”Padre Nuestro”, Cristo nos enseñó la verdad de la fraternidad humana, inculcándonos el deber de pedir el pan cotidiano suficiente, no solo para nosotros, sino también para todos nuestros hermanos.
Condena así el egoísmo y proclama la solidaridad. Estas y otras muchas son sus instrucciones contenidas en las Escrituras.
Debemos reflexionar sobre ellas, pensarlas y aplicarlas con caridad, la virtud por excelencia. No la caridad de la simple “limosna”, sino guiar al ser humano, procurar iluminarle y mostrarle el camino que se merece.
Esta virtud, la caridad exige que se ame al prójimo como a sí mismo. Esto quiere decir, “lo que no quiero para ti, no lo hagas a otro” y “todo lo queráis que los demás hagan por vosotros, debéis vosotros hacerlos a ellos”.
Con estas instrucciones, con esta particular concepción humanista, debieran nuestras autoridades impulsar las medidas que habrían de aplicarse en el país tras la pandemia del COVID-19, a fin de procurar remediar no solo la agudización sino también el surgimiento de nuevos problemas relacionados  fundamentalmente con la “cuestión social” (problemas económicos, culturales, morales, religiosos).
Todo ello a fin de poder contar con las condiciones externas necesarias que permitan y favorezcan el desarrollo integral de las personas, familias y asociaciones, el bienestar de sus miembros y el bien de la sociedad como tal, también el desenvolvimiento y mantención de la paz, y el orden social mediante el esfuerzo común de todos los miembros de la sociedad.
Conjuntamente deberán ser considerados los trastornos del bien común producto de la pandemia viral con los de la crisis del estallido social de octubre, producto de la ilegitimidad del sistema.
La tarea por delante es de gran envergadura, no obstante esta concepción humanista es la mejor calificada para dar soluciones, como lo demuestra el registro histórico del siglo pasado, cuando ella con éxito hubo de enfrentarse al liberalismo económico capitalista que en forma absoluta dominaba el mundo.

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