Y este viernes salieron a la calle congregados en una protesta pacifica con el fin de llamar la atención para que sus viviendas, que ya estarían casi terminadas sean gestionadas a la brevedad con Aguas Andinas y sean entregadas.
¿Y cual es el tope?
Según señalaron a este medio, el problema radica en la tardanza que está teniendo la aprobación final del servicio que presta Aguas Andinas, es decir, agua potable y alcantarillado, sobre todo este último, pues las aguas negras deben ir a una planta que aún no recibe la firma final.
Y los robos…
Y el otro problema es que la soledad de un recinto con casas recién terminadas, se está convirtiendo en un foco de atracción para delincuentes que ya han entrado a robar en mas de dos ocasiones, llevándose computadores y otros artículos, por lo que eso despertó el temor entre las 133 familias que ven con preocupación que el próximo destino escogido por los malechores sean las casas desde donde se podrían robar los sanitarios y cosas fáciles de ser reducidas.
Y por último
Una vecina expresó a este medio que eso no es todo, pues ha corrido la voz en el pueblo sobre qué pasará cuando los beneficiarios entreguen los sitios para recibir sus nuevas casas, pues se teme que llegue gente a tomarse los mismos terrenos, que no pueden ser traspasados a familiares, sino que van a quedar ahí.
