Fue en febrero de 2017, cuando producto de una lluvia veraniega, se produjo un aluvión que corrió por el estero San José, desde un lugar indeterminado de la montaña, arrasando con todo a su paso y cobrando la vida de siete jóvenes excursionistas que acampaban en el lecho del estero.
Como se recordará, el aluvión corrió por todos los cursos de esteros de la montaña, sin embargo, el único que resultó con consecuencias fatales fue el estero San José, que en su paso arrasó con todo, dejando inutilizado el camping que en esos años pertenecía al BancoEstado pasando el puente que cruza el curso de agua, lugar donde hubo millonarias perdidas.
Tras el paso del devastador aluvión, se generó un rápido catastro de visitantes que pernoctaban en la zona, descubriendo la desaparición de estos siete jóvenes venidos de distintas comunas de la Región Metropolitana, cuyos restos comenzaron a aparecer de acuerdo al despliegue que tuvieron grupos de rescate y familiares que al día siguiente de la tragedia se instalaron en el Cajón del Maipo, siendo el caso mas dramático el de un joven llamado Mario Reyes Requena, cuyo padre del mismo nombre y gracias a su perseverancia, pudo encontrar restos de su hijo un año después en el sector de Puente Alto.
Un año después también, los familiares de los siete fallecidos instalaron una placa que recuerda el triste momento en que la Naturaleza arrebató la vida de quienes subieron al Cajón del Maipo en busca de paz y tranquilidad y sin embargo encontraron la muerte.
Este año concurrieron al lugar donde se encuentra la placa recordatoria, don Mario Reyes, (el que aparece en la foto) padre de Mario Reyes Requena y don Víctor Suazo, padre de Marcelo Suazo Ramírez.
