Lo aseverado en el titular, corresponde al análisis de las respuestas que dio el alcalde a una consulta que le hizo la concejal Carmen Gloria Iracabal, en la reunión de concejo municipal del día 04 de marzo pasado. Las inquietudes de Iracabal partieron por consultar al alcalde qué pasaba con la demanda de la empresa Tapusa y qué pasa con los proyectos que obtuvo el Municipio en la gestión 2022.
Confiado en lo que está haciendo, Pérez ha bromeando que viene volviendo de vacaciones (¿las pilas cargadas?) respondiendo que la situación del estadio está por solucionarse con la liquidación de la obra con Tapusa, permitiendo echar mano a los 2300 millones de pesos que están pendientes -1.700 millones en el IND y 580 millones en el Gore- afirmando que la liquidación cuesta 6 mil millones de pesos, lo que en términos simples quiere decir que el Gobierno Regional debe ponerse con otros 3.700 millones de pesos, para permitir retomar las obras, si es que acepta la liquidación propuesta por el Municipio y que nace de los cálculos que hace la Secpla.
Al respecto hay que señalar que el corazón de todas las gestiones municipales está en la Secretaría de Planificación Comunal -Secpla- que en el pasado tuvo a un profesor de filosofía de jefe, quien estuvo en el cargo durante los 13 años de gestión de Luis Pezoa; la actual gestión en cambio, a la fecha ha tenido dos Secpla, el primero un joven militante radical llamado Oscar Damian Araya Zúñiga cuya gestión se redujo a poco menos de 1 año en el cargo y que renunció tras asumir la presidencia de la República Gabriel Boric, (de su paso por el Cajón no quedó nada) pues le habrían ofrecido un cargo en la Sexta Región, y la segunda Secpla, tras la salida de Araya, es la arquitecta cajonina Becky Riffos Ríos, cuyo único logro desde que fue contratada es el haber conseguido recursos para el diseño y la compra de un terreno (perteneciente a una vecina de apellido Azocar) para la Primera Compañía de Bomberos de San José a la entrada del pueblo. Proyecto que según se informa en la ficha IDI, asciende a un total de $629.289.000, que se desglosan en $93.379.000 para la consultoría y $535.910.000 para la compra del terreno, donde se construirá un cuartel clase 2 previamente diseñado por bomberos.
Con mas sueños que realidades que mostrar, la gestión actual ha logrado avanzar gracias a los proyectos que dejó la gestión anterior, como la inauguración de las casas en San Gabriel y la construcción de las casas en el sector alto de San José y otros proyectos menores como la adquisición de algunos vehículos, sin embargo, los logros propios aún no se materializan en proyectos concretos, lo cual está comenzando a estresar al concejo municipal, cuyas consultas están poniendo nerviosos al funcionario encargado de las Finanzas y al de Control Interno y a quien está a cargo de recorrer los ministerios en la búsqueda de recursos (apoyada por un lobista contratado especialmente para garantizar la obtención de plata) para los grandes proyectos de una gestión cuyo eslogan de campaña fue que iba a recuperar al Cajón del Maipo y a la fecha no tiene mucho que mostrar, salvo una demanda que podría costarle carísimo al Municipio si es que eventualmente la pierden y se repite la triste experiencia con el fallecido Pedro Guillón Cuevas que casi se queda con la mitad de los terrenos de la Municipalidad y el deficit en la Corporación Municipal que según señaló el alcalde ya alcanza a 1.300 millones de pesos.
En resumen, el 2022 fue un año para el olvido y si la gestión del alcalde Roberto Pérez no despega, se viene igual o peor el 2023, pues en esta misma fecha el año pasado la demanda con Tapusa por 2300 millones de pesos recién comenzaba y se pensaba que se lograría una solución negociada, los profesores no acumulaban la deuda previsional que hoy tienen y se preveía que la Secpla tendría mucho que mostrar en abril cuando la gestión rindió cuenta (nadie le dijo al alcalde que lo que se lee es un resumen y no el discurso largo y tedioso que fue matizado con unos videos idem). El año pasado en esta fecha aún tenía su segundo piso intacto (los asesores) a diferencia de este año que luce totalmente renovado, pues los que asumieron se fueron casi todos, y el único que se salvó fue el asesor jurídico que se quedó a pelear por lograr resultados positivos.