La llegada es puntual antes de las 10 de la mañana y tras cruzar la puerta nos recibe un gran letrero en la pared que dice: “Contamed” acrónimo de la empresa de contabilidad de la cual es dueño y que ofrece contabilidad a profesionales vinculados a la salud.
Quezada es un tipo grato que nos recibe con un fuerte apretón de manos que distiende inmediato el ambiente invitándonos un cafecito o una mineral; “aguita mejor” le respondemos y tras sentarnos en frente de su escritorio, comenzamos la inspección visual de su oficina, un espacio que podría estar recargado de recuerdos desde los años en que Chile entero conoció de su trabajo gracias a un premio otorgado por don Francisco cuando aún hacía Sábados Gigantes y donde destacaba a este joven contador que de la nada se había hecho un nombre con el respaldo siempre presente de su “madrina”, la reconocida modelo Raquel Argandoña.
Desde que fue dado a conocer por Mario Kreutzberger, Marcelo Quezada ha sido objeto de decenas de entrevistas en los medios y puesto como ejemplo de superación ante la comunidad y ante las empresas que lo contratan para dar charlas motivacionales, es por eso que conversar con él del ofrecimiento que hizo al Municipio de San José de Maipo de comprar una franja de terreno que separa dos de sus propiedades es un alto necesario.
La franja de terreno que hoy desea comprar al Municipio nunca fue tema en los 24 años que ha vivido en Melocotón y solo surgió como una opción, cuando don Raúl Morales Marabolí, propietario del terreno adyacente a su propiedad, se lo vendió permitiéndole ampliar su bien raíz al doble, pero partido por la franja de terreno municipal en cuestión.
De acuerdo a su relato, la franja de terreno no tiene un uso viable, pues no tiene agua potable ni iluminación y por años solo sirvió como bajada al río y antes de eso para guardar caballos o refugio de venta de drogas, es decir, no tiene ningún valor social y tampoco se puede construir, “pues la Ley no lo permite”. Motivo por el cual, una dirigenta social de la JJVV de la localidad, el año 2018, sugirió al Municipio vender esa franja y con los recursos obtenidos comprar un terreno en el camino vecinal donde si se pueda construir una sede social.
Sin embargo, el ofrecimiento no tuvo eco en el ex alcalde Luis Pezoa Alvarez y recién pasados cinco años, fue la actual gestión de Roberto Pérez la que llevó el tema a Concejo Municipal para su aprobación dando a conocer por parte de Felipe Guerra, abogado municipal, del interés de Quezada por comprar la franja, cuyo avalúo por parte del Municipio se fijó en 11 millones (la tasación según Quezada es de poco menos de 8 millones de pesos) y él ofreció 12 millones. Sin embargo, el concejo municipal dejó el tema en veremos.
Marcelo Quezada tiene una fuerte ligazón con el Cajón del Maipo gracias a su madre que llegó a la localidad de Melocotón cuando ella tenía siete años (hoy tiene 92) y donde además conoció a quien es el padre de Marcelo, un ex militar (estuvo a cargo de la estación del trencito en Melocotón) que cuando nació no lo quiso reconocer porque estaba suscrito a una religión que veía con malos ojos que uno de sus miembros mas distinguidos había tenido un desliz, y al que Marcelo conoció muchos años después cuando lo ubicó en Puente Alto donde trabajaba, recibiendo de su parte un sutil rechazo que a fuerza de trabajo, la constante en la vida de Marcelo, se transformó con los años en un cariño familiar que perdura hasta el día de hoy y se nota cuando Marcelo habla de él con orgullo, tal como lo atestiguan todas las fotos que tiene en el escritorio lateral de su oficina y que mira de reojo cada vez que lo menciona en esta entrevista, tocando las gráficas con sus manos como si de esa forma pudiera tocarlo a él.
Durante la conversación, el tema de la franja pasó muchas veces a segundo plano, pues las historias de su vida fluyen como vivencias propias y son muy entretenidas. Como los dos años de pandemia en que tuvo que cerrar sus oficinas y mandar a teletrabajo a todos sus trabajadores, pues una doctora le advirtió en marzo de 2020 que se venía una tragedia de la que se escaparía siendo muy disciplinado y obediente. Y lo hizo, agarró a su madre y a su cuidadora y se vino a Melocotón donde pudo “capear” lo mas terrible de la pandemia del Covid19, reforzando de paso su afecto por el Cajón del Maipo.
¿Y QUE DICEN SUS VECINOS?
Los vecinos tienen un wasap donde se especuló de manejos raros que Marcelo Quezada desmiente tajantemente: “Tengo un prestigio de mas de 30 años, he salido en muchos medios y no me voy a estar quemando por 6 metros de terreno, jamás, ni por seis ni por un cerro ni por nada”. Y del ofrecimiento de compra al Municipio aclara que no conoce personalmente al alcalde y menos al asesor jurídico con el que solamente habló del tema de la compra por teléfono, y concluye señalando que “Todo debe ser legal como corresponde…”.